Arriba, un sudanés agita banderas en Jartum horas antes de la proclamación oficial de la independencia de Sudán del Sur. Vea datos básicos de la recién nacida, en la infografía de Reuters
Luego de un largo proceso de guerra civil en el que murieron casi dos millones de personas, el sur de Sudán se escindió oficialmente del norte y proclamó su propia república cuando el titular del Parlamento, James Wani Igga, leyó la declaración de independencia en un acto festivo en la capital, Juba.
El presidente Salva Kiir, quien ya mantuvo una reunión con el vicepresidente el Consejo de Estado de Cuba, Esteban Lazo, anunció amnistía para “quienes levantaron las armas contra Sudán del Sur”.
Miles de personas acudieron a la ceremonia, en la que se arrió la bandera de Sudán y se izó la bandera de Sudán del Sur. Reina un ambiente de fiesta. Ya en torno a la media noche del viernes, los campanarios de las iglesias anunciaron el histórico día y ritmos de tambores celebraron el nacimiento del Estado número 54 de África.
Salva Kiir firmó la Constitución de transición y juró el cargo, durante un acto en que estuvieron jefes de Estado y dignatarios de todo el mundo, incluido el presidente de Sudán, Omar al Bashir, sobre el que pesa la orden de detención dictada desde la Corte Penal Internacional por los crímenes de guerra cometidos en lo que hoy es Sudán del Sur.
Sudán no reconoció la independencia del sur oficialmente hasta el viernes, en el último momento. Entre tanto, el secretario general de la ONU, Ban ki-moon, manifestó el apoyo de la comunidad internacional a la nueva república. “Esta independencia supone un nuevo comienzo para Sudán del Sur. La comunidad internacional tiene una responsabilidad de cara al nuevo país”, dijo Ban.
Pero también el gobierno del sur deberá asumir sus responsabilidades, añadió el surcoreano. En el nuevo país no sólo es necesario emprender mejoras en la infraestructura y la economía, sino también garantizar el cumplimiento de la ley y los derechos humanos.
“El día de hoy recuerda que tras la oscuridad de la guerra es posible la luz de una nueva mañana”, afirmó por su parte el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tras reconocer formalmente el nuevo país. También el presidente permanente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, felicitó a través de su Twitter al nuevo país y deseó a los sudaneses del sur “un exitoso y pacífico futuro”.
Tras una larga guerra civil que se prolongó durante décadas, el pasado mes de enero casi el 99 por ciento de los sudaneses del sur -mayoritariamente cristianos- se pronunciaron a favor de la independencia del norte -de mayoría musulmana-.
Los enfrentamientos finalizaron en 2005 y habían afectado especialmente al sur. Aproximadamente dos millones de personas perdieron la vida, mientras que otros cuatro millones se vieron obligados a huir. De momento, continúa sin aclararse la polémica entre las fronteras exactas y el reparto de los rendimientos petroleros.
En este sentido, el secretario general de la ONU se mostró preocupado por las crecientes tensiones y conflictos, sobre todo a lo largo de la nueva frontera con el norte. El estacionamiento de tropas de paz etíopes podría ayudar a calmar la situación, agregó. Con todo, es necesaria una solución política sostenible a largo plazo.
(Cubadebate, con información de Página 12, Argentina)
El sueño de Sudán del Sur
La nueva república es el primer Estado surgido en el siglo XXI y será, según las Naciones Unidas, el número 55 de África.
Sudán del Sur proclamó ayer, sábado, su independencia en una solemne y larga ceremonia a la que asistió una treintena de jefes de Estado y responsables de organismos internacionales en la que no se evitaron referencias a las dificultades que tendrán que asumir sus autoridades para levantar desde la nada al nuevo país.
“Hemos esperado 56 años y este es un sueño hecho realidad”, aseguró el presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir Mayardit, en el acto de proclamación celebrado en Yuba, la capital del nuevo país, en el que también juró su cargo al frente del Gobierno y la nueva Constitución que regirá a sus ciudadanos.
Mayardit tuvo un emocionado recuerdo para los 2.5 millones de muertos que han provocado las dos sangrientas guerras civiles que los sudaneses del sur han librado con sus vecinos del norte, algo que, según subrayó, “hemos perdonado, pero no olvidaremos”.
“Ahora tenemos en nuestras manos la responsabilidad de nuestro futuro”, agregó Mayardit desde el estrado en el que, minutos antes, el presidente de Sudán, Omar Al Bashir, confirmaba que su país reconoce la secesión del sur y le brindaba su apoyo para entrar a formar parte de organismos internacionales como las Naciones Unidas.
Al igual que Mayardit, Bashir apostó por el diálogo entre ambas naciones para resolver las diferencias que persisten y que no fueron resueltas con el acuerdo de paz firmado en 2005 y que han permitido la independencia de los 10 estados que desde ayer forman Sudán del Sur.
Precisamente el control, todavía no definido, sobre el distrito fronterizo de Abyei y la vecina región de Kordofán del sur, donde se concentran los recursos petroleros de la zona, enfrentan a los dos Sudán y mantiene abierto el riesgo de una nueva guerra.
El respaldo de la comunidad internacional a las secesión del sur sudanés se hizo evidente con la asistencia a los actos celebrados en Yuba de delegados de 70 países y casi una treintena de jefes de Estado, la mayoría de ellos de África.
El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y la jefa de la diplomacia europea, Catherine Aston, o el actual presidente de la Unión Africana y mandatario de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, fueron algunas de las personalidades que ofrecieron su apoyo a la nueva nación con discursos en los que apostaron por el diálogo entre norte y sur para asegurar su viabilidad.
Fue lo mismo que hicieron el ministro de Exteriores británico, Willlam Hague, los enviados de la Liga Árabe, China, Estados Unidos o Haakon de Noruega, heredero de la corona de este país, quienes desearon al nuevo Estado, que será el miembro 193 de la ONU, que se desarrolle sobre principios como la justicia, la igualdad y el respeto a los derechos humanos.
El mausoleo de John Garang, donde reposan los restos de uno de los héroes del país, muerto en 2005, fue el lugar elegido para la ceremonia a la que asistieron miles de ciudadanos, quienes no ocultaron su emoción e incluso rompieron a llorar cuando se izó la nueva bandera del país y el repliegue de la de Sudán.
“Es un gran día, ha habido mucha sangre en este país, pero estamos en el sendero de la libertad”, reconocía Tereza Athian, una de las muchas personas que lloraron al escuchar el himno nacional.
La República de Sudán del Sur es el primer Estado surgido en el siglo XXI y será, según las Naciones Unidas, el número 55 de África, un continente que no había vivido un proceso similar desde la secesión de Eritrea de Etiopía en 1993.
Las esperanzas de desarrollo de los sudaneses del sur, dedicados hoy mayoritariamente a la agricultura, están puestas en la explotación de sus recursos petrolíferos y del zinc, acero, cromo, plata y oro, para lo que necesitan ayuda exterior.
El río Nilo, que cruza el país, devastado por dos guerras civiles, es también una potencial fuente de riqueza relacionada con los recursos hidroeléctricos y el turismo de aventura.
Tomado de La Prensa, de Panamá
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